El Parque Cabo de Gata-Níjar es uno de esos parajes ‘salvavidas’ que hacen las delicias de todo el que se adentra por tierras desérticas. Quienes lo conocen, repiten. Para los que aún no han tenido el placer de visitarlo, os traemos una serie de propuestas que te harán desear que llegue el momento de verte, por fin, disfrutando de este soleado rincón.

El primero de los sitios que os recomendamos es la Playa de los Muertos. Es uno de los enclaves más espectaculares del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. El placer de sumergirse en sus aguas turquesas, bien merece la caminada previa y posterior a través de un pedregoso y empinado camino.

La Playa de los Genoveses, bajo las estrellas, es otro plan que os traemos. Situada a dos kilómetros de San José, sus dunas de arena fina y dorada y su agua cristalina la convierten en una parada imprescindible para darse un chapuzón. Además, es ideal para niños, ya que su entrada al mar es muy paulatina.

Para los amantes de las calas, os recomendamos visitar Cala Rajá. Situada entre alcantarillados que la abrazan y protegen del molesto viento de Levante, se accede a través de un empinado camino de cabras que se precipita hasta el mar. Prácticamente virgen y sin más servicios que un parking con capacidad para 50 plazas, esta pequeña cala de arena fina y dorada posee una belleza asalvajada que potencian las rocas volcánicas de tonos rojizos.

Las Salinas de Cabo de Gata, de alto valor medioambiental, es el hogar de multitud de especies animales y vegetales, entre las cuales destacan los majestuosos flamencos rosados, garzas, garcetas y muchas otras aves limílocas.

También El Cortijo del Fraile es un lugar de obligada visita a quienes se adentren en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Es famoso porque allí tuvo lugar el conocido Crimen de Níjar, el cual sirvió de inspiración a Lorca y a Carmen de Burgos para escribir ‘Bodas de Sangre’ y ‘Puñal de Claveles’, respectivamente.

Pocos placeres hay que se puedan igualar a la sensación de contemplar la inmensidad del mar desde las alturas. Sentir la pequeñez que portamos en el mirador de La Amatista es un lujo para nuestro cuerpo. El Parque tiene la suerte de vivir asomado al mar. Su origen volcánico ha dado lugar a una orografía muy singular y eso es digno de ver en este mirador.

La Cala del Plomo es otro lugar que debes de visitar si nos eliges para pasar tus vacaciones. Es una recóndita playa en la cual se practica el nudismo y a la cual se accede en coche tras recorrer unos cuatro kilómetros por un camino de tierra. Su espacio, con 200 metros de longitud, es amplio y cuenta con un parking que comparte con otra cala: la de Enmedio.

Sin lugar a dudas, antes de marcharte de esta maravilla, tienes que visitar Níjar y su artesanía local. Es uno de esos pueblos blancos, de gran belleza, donde todo parece ir a otro ritmo. Incluido en la Red de Pueblos Más Bonitos de España, durante sus noches de verano se puede sentir el aire serrano en esta pequeña localidad. Su origen se remonta a la época musulmana.

La Cala de San Pedro es una de las playas ‘hippies’ por excelencia incluso a nivel nacional. Hace décadas que esta comunidad se asentó en sus horillas y la convirtió en su hogar. El camino puede hacerse a través de una larga caminata o en lancha.

Nuestra última recomendación es San José, un pueblecito encantador y una de las visitas obligatorias si uno decide venir al Parque. Caminar por su paseo marítimo al anochecer, comiendo un helado y recorriendo los puestos de artesanos que allí se instalan es un auténtico lujo.

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