El próximo viernes día 25 organizamos una ruta guiada en bicicleta de San José a Vela Blanca

Los parajes de esta ruta siempre guardan gratas sorpresas para quien los transita, ya lo haga por primera vez o se tenga por un buen conocedor de estos insólitos lugares. Los paisajes y ambientes del Cabo de Gata – Níjar han alimentado mitos y leyendas entre navegantes y gente de tierra firme en todas las épocas, lo que no resulta extraño al sentirlos de cerca. Los detalles naturales, sobre todo geológicos, botánicos o zoológicos, no decepcionarán ni a los más expertos.

Si nos acercáramos desde la mar a esta zona por el bello arrecife de las Sirenas veríamos, pasado el arrecife del Dedo, el domo volcánico de Vela Blanca, una gran masa blanca en la base de la punta o cabo donde se sitúa la torre.

Esa masa está formada por materiales volcánicos (tobas blancas alteradas) que contrastan con los demás materiales de colores más oscuros (andesitas y dacitas). La zona blanca se asemeja a una gran vela de barco y de aquí es de donde proviene el nombre del paraje.

RECORRIDO:

Salida:

Viernes día 25, 10h Tienda Deportes Medialuna. Tomaremos la ronda de San José hacia la playa de Los Genoveses, y comenzaremos la ruta

Mónsul

De la ronda de San José sale una pista en dirección suroeste hacia la playa de Los Genoveses y otras más. Deberemos tomarla y hacer por ella unos cuatro Kilómetros y medio hasta llegar a la Casa del Mónsul, donde hay un aparcamiento y se inicia el sendero. La playa de Mónsul es una de las más atractivas de cabo de Gata, por su ambiente virgen y sus característicos perfiles que dibujan la duna y las rocas volcánicas, como la conocida roca de La Peineta. Entre sus escasas construcciones destaca un aljibe tradicional rehabilitado situado junto a la casa.

Emprendemos el camino por la misma pista por la que hemos llegado continuándola en dirección oeste. En unos doscientos cincuenta metros pasamos la desviación que nos llevaría a la ensenada y playa de la Media Luna. En otros ochocientos metros haremos una curva atravesando el barranco del Món- sul, de donde sale el camino a cala Carbón [2], una preciosa playa cerrada al sur por Punta Redonda, cuyo roquedo tiene su origen en coladas de lava bruscamente enfriadas al entrar en contacto con el agua. Se llaman andesitas y sus características formaciones columnares son una de las más interesantes de todas las existentes en el parque natural.

Barranco de la parra

Pasamos la barrera de acceso restringido a vehículos que hay por encima de cala Carbón, desde donde tendremos una excelente vista de la misma.
En las inmediaciones, si estamos en la época adecuada, observaremos numerosas siemprevivas con sus características tonalidades rosas. Ganando algo de altura, en unos cuatrocientos metros llegaremos a una curva desde la que se tiene una magnífica vista del tramo de costa que acabamos de dejar con playa Barronal al fondo.

Continuamos nuestro ascenso hasta que di- visamos, hacia poniente, la punta de la Vela Blanca, allá abajo en el mar, y la torre en
la parte más elevada. Las abruptas paredes de andesitas poseen multitud de pequeñas y medianas cavidades, producidas por la erosión, frecuentes en estas rocas volcánicas.

A la altura de Punta Colorada cambiamos de rumbo, alejándonos de la costa en busca del lugar adecuado para superar el barranco de Parra, que no puede ser otro que su cabecera [4]. En sus laderas podremos ver un espléndido palmital y encontrar algunas de las joyas botánicas del parque, como el dragoncillo del cabo, la zamarrilla del cabo o la clavellina del cabo, e incluso el chumberillo, si miramos bien junto a las atochas o espartos.

Las sirenas

Con un último esfuerzo llegaremos ya a la barrera al tráfico rodado en el collado de la Vela Blanca, donde está el mirador de las Sirenas, en el que finaliza el sendero. Desde aquí se contemplan las vistas más conocidas del parque natural, en el que las oscuras rocas volcánicas emergen en una multitud de formas caprichosas que han servido de inspiración a todo un repertorio de leyendas. Se dice que las sirenas eran en realidad focas monje, que poblaron esta costa hasta mediados del pasado siglo.

Para nuestra información hay una mesa interpretativa del paisaje y de la torre de Vela Blanca, construcción del siglo XV que servía para la vigilancia de posibles incursiones de piratas berberiscos desde norte de África, ,y que, mediante ahumadas, se comunicaba con otras torres.

• Trayecto: Lineal

• Tiempo estimado: 3h

• Dificultad baja

• Tipo camino: Carril o senda

• Precio: 30€ (incluye bicicleta, agua, casco y monitor)

. Reserva: 950 38 04 62

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